jueves, 11 de febrero de 2010

Capitulo 9

Capitulo 9
Relata: Hayley.

Salí de la casa, completamente confundida. Caminé lentamente, hasta llegar a la plaza, en la que me encontraría con Noah. Él estaba allí. Me miró, con una sonrisa en el rostro. Corrí hacia él y lo abrasé. Comencé a llorar en su hombro. Él sin preguntar nada, me abrazo más fuerte, acariciando mi espalda, hasta que me calmé.
-Lo siento…-Le dije.
-Esta bien, si quieres… me puedes contar que te pasa.- En ese momento, volvió a mi mente, aquél beso. Volvió a mi mente como el recuerdo más glorioso de todos, no podía entender que era lo que me estaba pasando, mucho menos lo que le paso a Alex por la cabeza en ese momento… Quizá fue solo para molestarme. No, no puede ser…
-Lo siento- Repetí, realmente lo sentía, yo no quería lastimarlo
-¿Qué pasa?-Me dijo él.
-Estoy… muy confundida.
Noah suspiro-¿Vas a explicarme que pasa?
Ni siquiera yo sabia que estaba pasando, necesitaba pensar, ¿Qué significaba todo esto?
-Noah… no sé si podamos seguir con esto.
-¿Esto que?
-Esto de salir juntos… yo sé que no es nada oficial pero…
Noah me sonrió.- ¿Qué sucedió?
-Recuerdas a mi hermanastro, ¿verdad?
-Si, el molesto…
Suspiré y le dije- Me beso.
-¿Qué?- Noah parecía sorprendido, ¿Cómo no estarlo? Quizá no sucedió… quizá fue un sueño.
-Si y yo…
-¿Sientes algo por el?
-No… no lo sé.- Noah me miró sonriéndome.
-Está bien, pensalo. No voy a obligarte a estar conmigo, y quiero que estés clara con tus sentimientos, por lo menos sé que estuve contigo, y disfruté. Así que… si realmente sientes algo por Alex… ya encontraré a otra muchacha.
-¿Estás seguro que estás bien?-Le pregunté.
-Claro, no te preocupes, yo estoy bien.
-¿Pase lo que pase podemos seguir siendo amigos?
-Sip,-Me dijo, lo abrasé.
-Gracias, Noah.
Noah se fue, y yo me quedé en la plaza, me senté en la hamaca. ¿Por qué no lo alejé? ¿Por qué disfruté de ese momento? ¿Qué pasaría a partir de ahora?
Decidí que mientras él no dijera nada, yo tampoco lo haría. Todo sería como si nada hubiera pasado. Pero ¿es eso lo que realmente quiero?
Llegué a casa, me llamaron para cenar, pero tenía el estómago cerrado.
-No tengo hambre, gracias.- Alex me miró y corrí la vista inmediatamente. Subí a mi habitación, y me acosté, dormir me costó mucho. No podía dejar de pensar en la preocupación que transmitía a través de sus ojos verdes.
Era sábado, mis padres irían a almorzar a lo de unos amigos, la casa quedaría vacía. Sólo Alex y yo. Por eso, no pienso salir de este cuarto.
Pasé la mañana, en silencio, dibujando, ninguno de mis dibujos me gustaba. Me sentí muy frustrada, decidí cambiar de actividad. Hice la tarea, lamentablemente, me tomó muy poco tiempo, o al menos así lo sentí. Tomé una nueva hoja y comencé a escribir. Unos golpes en la puerta me sacaron de mi concentración.
-Hayley?- Era la voz de Alex, por primera vez tocaba la puerta antes de entrar a mi habitación.
-¿Qué pasa?-Le dije yo, el seguía afuera.
-¿Podemos hablar?
-Habla.- No quería verlo a la cara…
-Hayley, enserio, necesitamos aclarar las cosas.
Le abrí la puerta y volví a la silla al lado de mi escritorio, y él se sentó en mi cama. Ambos nos quedamos mirando el suelo, en silencio.
-¿Qué sentiste?- Me preguntó, aún mirando el suelo. No respondí. Nuestros ojos se encontraron.- Necesito que me lo digas…
-Bien.-Le dije en voz baja.
-¿Eso significa que se sintió bien?
Asentí con la cabeza.
Lo miré de reojo y lo vi sonreír.- ¿Por qué lo hiciste?
-No lo sé. Fue un simple impulso…
-¿Entonces no te importó? ¿Para ti no fue nada?
-Yo… no quise decir eso.
-¿Y entonces que sentiste?
El me sonrió y nuevamente miró mis ojos-Bien.
El me hizo una seña para que me sentara a su lado. Lo hice.
-Hayley…-El me dijo, era extraño, nunca nos habíamos llevado bien, y ahora estábamos así, juntos, dudando de que hacer.- ¿Qué quieres hacer?
Miré al suelo, realmente no sabia que podríamos hacer. Él me tomó de la barbilla y me hizo mirarlo a los ojos.- Yo sé lo que quiero, sólo necesito que tú me digas lo que quieres.- Me acerqué a él y lo besé. En ese momento no importaba nada, quería vivir el presente, y descubrí que quería vivirlo con él.
El también me beso, me abrazó pegándome a su cuerpo, hice lo mismo, lo besé con toda la fuerza que pude, sentí como si fuera mi primer beso.
-Yo te quiero a ti.
El volvió a besarme, y ambos supimos que a partir de ese momento, estaríamos llenos de problemas. Pero no importaba, sentí su calor y sus brazos alrededor de mi cuerpo, ya no necesitaba nada más.

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