jueves, 11 de febrero de 2010

Capitulo 8

Capitulo 8
Relata: Alex.

Hace ya como cuatro meses que estoy viviendo en esta estúpida casa. ¿Mi padre no podría haber encontrado una mujer con una hija menos escandalosa?
Otra vez escuche esa música, infernal para mí, esa bandita de chicos homosexuales que ni siquiera saben tocar instrumentos, y mucho menos cantar.
Eso significaba una sola cosa, Hayley saldría, otra vez, con ese bebe de Noah.
Al parecer Hayley tiene una costumbre, antes de salir a una cita escucha esa bandita, mientras se “arregla” cosa que tarda más de una hora…. Y yo tengo que aguantar ese “ruido”. Últimamente los escuchaba demasiado, eso significa, que tenía muchas citas, y todas eran con el mismo chico. Noah, ese niño de primer año, sale con mi hermanastra, con su carita de angelito tonto… No sé que le ve Hayley a ese…Digo, además de que es un año más chico que ella… no tiene nada especial, la realidad es que a mi me cae exageradamente mal. Juega en el equipo de futbol. No entiendo como algunos pueden ser tan fanáticos de algo así… muchos idiotas corriendo detrás de una pelota… ¡que divertido! La realidad es que yo prefiero mi guitarra, es más libre. Puedo hacer lo que quiera sin que me pongan “tarjeta roja”, la música no tiene reglas, eso es lo que más me gusta.
Salí de mi habitación, al tiempo que Hayley salió de la suya, nos chocamos. Lamentablemente, nuestras habitaciones están una en frente de la otra. La miré sin decirle nada, ella se dirigía al baño, supongo que para maquillarse, ya estaba vestida, con su ropa gótica. Tenía una pollera de charol…o algo así exageradamente corta, ¿Cuál era el fin de usar ese tipo de polleras? ¿Acaso intenta excitar al enano ese con el que sale? Que desperdicio, si necesita arreglarse tanto para salir con alguien es porque a el no le gusta ella en verdad. Digo, debería sentirse agradecido con lo que tiene, Hayley no necesita arreglarse tanto… En fin, volví a entrar a mi cuarto… ya olvidé para que había salido. Me puse los auriculares y los conecté al amplificador, comencé a improvisar una canción.
Otra cosa buena de la música, no hay barreras, puedo dejar flotar mi mente en cualquier dirección. Hoy mi canción sonaba melancólica… debo admitirlo, debajo de mi exterior rudo y cruel, a veces existe en el fondo, muy en el fondo, un lado bueno de Alex. Extraño a mi madre. Si, ella me comprendía, era una de las pocas. Mi padre siempre se empeñó en mandarme al psicólogo… debido a mi actitud “rebelde” pero ella siempre se rehusaba, decía que era normal, que yo tenía que ser como quisiera, y que si alguna vez me pasaba de la raya (comenzaba a drogarme, a ser agresivo, o tomar… cosas que no me atraen para nada) consideraría enviarme allí, y mi padre lo aceptaba, a regañadientes. Desde que ella murió, mi padre no volvió a mencionar ese asunto.
Ella sufría de cáncer pulmonar. Era lo único que nos mantenía unidos a todos… pero desde que se fue, papá trabaja el doble, Greg se la pasa de fiesta en fiesta, y yo me la paso solo, con mi guitarra.
Ahora la canción paso a un tono más romántico, ya yo estaba pensando en otra cosa. Una de las cosas que más me gusta, conquistar muchachas. No es de cruel, ni de mujeriego, solo creo que en cada chica puede haber una oportunidad de conocer cosas nuevas, y de aprender más. Obviamente prefiero a las chicas lindas… pero si algún día llego a encontrar a una chica especial que no sea… muy bonita, no me va a importar… Ahora la canción se había vuelto un tanto agresiva, pensaba en Hayley. Se empeñaba en enojarse conmigo… Bueno, sé que muchas veces le doy razones para enfadarse… pero no puedo evitarlo, es la única forma que tengo para comunicarme con ella.
La puerta se abrió, hablando de la reina de roma, allí estaba Hayley. Me saqué los auriculares.
-¿Podrías tocar la puerta, verdad?- Me paré, acercándome a ella.
-Lo hice, pero como te pones los auriculares no escuchas…
-No me pondría los auriculares si tú no pusieras esa “música”-hice comillas con mis manos, enfatizando la palabra música-
-¿Sabes que? Puedes pensar lo que quieras. Solo venía a avisarte que me voy, y que por favor no rompas nada. Michael y mamá no están, así que ten cuidado.
“Ten cuidado” como si fuera a hacer algo peligroso en mi propia casa… Ella se quedó, como esperando una respuesta de mi parte… o quizá eso me pareció, pero cuando se dio vuelta para bajar las escaleras le pregunté.
-¿A dónde vas?
-¿Te importa?-La verdad no, no me importaba.
-No…
-¿Entonces para que preguntas?- Comenzó a irse, pero me puse en frente de ella impidiéndole el paso. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué no la dejo ya irse tranquila?
-¿Vas con Noah?
-¿Qué pasa? ¿Estás celoso?- Me preguntó ella. Esa pregunta me paralizó, no supe que responderle.- ¿Vas a dejarme pasar?- Preguntó, ya molesta.
-¿Qué le ves a él?- ¿Por qué ahora le preguntaba todo esto que estuvo dando vueltas en mi cabeza durante tanto tiempo?
-Lo que yo le veo a él, a ti no te incumbe…
No sabía que responderle, mi corazón latía cada vez más rápido, no quería que se fuera, me dí cuenta que estábamos cerca, muy cerca, y que con cada pregunta y cada respuesta nos acercábamos más.
-Será que no le ves nada… Y por eso no me lo dices.- La estaba provocando, simplemente quería retenerla un poco más…
- ¡Ya basta Alex! Déjame ir. Yo no te importo nada.
En ese momento supe que ella se enfadaría muchísimo, quizá hasta me arrojaría por las escaleras, pero no me importó.
La besé. Sorpresivamente, al principio Hayley se quedo quieta, pero cuando la abrasé y pegué a su cuerpo con el mió puso una de sus manos sobre mi cuello, y me beso también. Finalmente me separé de ella, aún abrazándola. Pero ella se alejó completamente de mí. Me miró a los ojos, y bajo las escaleras rápidamente, saliendo de la casa con un portazo.

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