jueves, 11 de febrero de 2010

Capitulo 5

Capitulo 5
Relata: Hayley.

Me desperté abruptamente, con un rasgueo de guitarra eléctrica y un amplificador a todo volumen. Salí de la cama y me dirigí al ruido.
-¿¡Que mierda estás haciendo!?- Lamento la palabrota, pero Axel me había despertado a las 3 de la mañana de un sueño reparador, y eso me hizo enfadar hasta más no poder.
-¡Eeeh, tranquilízate un poco nena!-Me dijo él, tan tranquilo como una marmota.-Necesito ensayar para el concierto de mañana.
-¿Podrías ensayar en un horario más normal?-Le dije yo, conteniendo mis ganas de meterle piñas hasta por quién sabe donde.
-No, además mi papá no esta, y no hay nadie que me lo impida.- Mi mamá y Michael se habían ido de viaje, uno muy urgente, la abuela Europea de Axel estaba enferma, y necesitaban cuidarla. A cambio, quedó mi Tía Shia a cargo nuestro, pero como el día anterior había salido a parrandear, tenía una jaqueca y un sueño tremendo, nada la iba a despertar.
-Si, estoy yo y te digo que pares.
Él se empezó a reír, casi se ahoga de tanta risa… sí claro, como si tuviera tanta suerte.
-¿De verdad crees que voy a hacer lo que a vos se te cante?- Me dijo él. Se había dejado de reír, parecía enfurecido.
-Si, porque mañana hay escuela, y necesito…necesitamos, dormir.- El suspiro.
-Mira pibita, vos no sos mi mamá, ni nada mío. Tampoco la estúpida de Elyse es mi madre, asíque no quieras darme órdenes.
Le pegué una piña. Cayó al suelo.
-Si volves a insultar a mi mamá, no va a ser una simple piña ¿Me escuchaste?- Estaba por entrar de vuelta a mi cuarto.
-¿Ya te vas? O qué ¿Vas a escuchar tu bandita de chicos gays?- El conocía perfectamente mi punto débil. Yo era fanática de Climb to Fame. Era una banda que se hizo conocida gracias a Disney, una banda de 3 preciosos chicos. Cuando el los insultaba no podía evitar no responderle. Pero simplemente respiré hondo y le dije – Deja de hacer ruido ¿Si?
Increíblemente, volví a mi cuarto, y no se volvió a escuchar una guitarra en toda la noche.
Me desperté en la mañana, cuando bajé Alex ya estaba despierto, tenía una bolsita de hielo en el ojo.
-Buen día.- Me dijo ¿Qué le pasaba? ¿Me estaba hablando de buen modo?
-Hola…-Le dije yo extrañada.-¿Te duele?
Me mostró su ojo, estaba completamente morado. Sentí lástima por él, pero luego recordé lo irritante que es.
-No mucho, el problema es la hinchazón, no sé que voy a decirle a mis amigos.
-¿La verdad?
El se rió -¿Crees que les voy a decir que TÚ me dejaste el ojo así? Sería caer bajo, muy bajo, ya caí demasiado bajo al entrar en esta casa, y al dejar que me pegues…
Lo sabía, no podía ser cierto, Alex no podía portarse bien conmigo ni por dos minutos.
-Si me volvés a pegar así otra vez, te voy a demostrar bien quién manda.
-Wow, no te imaginas el miedo que me das.- Desayunamos en silencio, y así nos fuimos a la escuela, después de muchas llegadas tarde, finalmente volví a llegar a horario a la escuela.
-¡Buen día chicas!- Saludé a Taylor y Leslie, ya me había acostumbrado a llegar después de Jane.
-¡Hola Hey!- Ajj, no sé porqué Tay insiste en llamarme así, pero bueno… decir “Hayley” Todo el tiempo debe ser agotador, es un nombre largo
-¿Qué? ¿Hoy no vino Alex a la escuela?- Preguntó Leslie, que por cierto, ya había pasado un mes desde el “incidente” con Adam. Cuando nos contó ninguno lo podía creer, excepto Taylor… creo que un amigo suyo le había contado… o algo por el estilo. No lo sé. En fin, nada muy importante había pasado después de eso. Jane seguía con James, yo seguía peleando con Alex, Taylor seguía recibiendo cartas de sus admiradores, y Leslie buscaba una nueva obsesión, muy en vano.
Era el recreo, y fui a dejar unas cosas a mi casillero, de repente, alguien pasó corriendo, me pegó en la cabeza y me hizo caer, tirando todos mis libros y carpetas. Lo miré irse, riéndose, si, era Alex. Creo que ese chico estaba intentando morir.
Se me acerco alguien y con voz suave dijo- ¿Estás bien?
Lo miré, era un muchacho con unos hermosos ojos celestes, y un cabello rubio perfectamente peinado, daba ganas de abrazarlo.
-Si-El comenzó a juntar mis cosas.-Gracias.- Me sonrió, tenía una sonrisa muy bonita.
-Hola, soy Noah.- Me dio un apretón de manos.
-Yo soy Hayley.- Le dije, sonriéndole también.
-¿Conoces al que te hizo eso?- Me pregunto, parecía preocupado.
-Si, lamentablemente. Es mi hermanastro.
-Uuh…
-Si- Me reí, era simpático.-¿En que año estás?-Le pregunté de mera curiosidad, él dudo.
-Estoy en primero…-Miró al piso
-Ya veo…- El timbre sonó, y con toda la confusión no me había dado cuenta.
-Ya hay que volver a las aulas.
-Si, fue un placer conocerte Noah, ¿Nos vemos más tarde?- Pareció iluminársele la cara… pero quizá solo fue impresión mía.
-¡Claro!-Me dijo emocionado.
Volví al aula y le conté a las chicas lo que había sucedido.
Todas se quedaron fascinadas con Noah, excepto Taylor, parecía que a ella ya nada le sorprendía.
-¿Qué pasa Tay?- Le preguntó Jane.
-Nada, que yo ya conocía a Noah.
-Ah,¿Si?- No tenía ni idea.
-Fue él quién me contó sobre Adam. Y también fue el muchacho que te quise presentar hace un tiempo al cuál tu rechazaste por ser más pequeño.- Por alguna razón parecía ofendida… Si lo hubiera sabido antes, habría aceptado ver a Noah.
-Pero…-Taylor no me dejó terminar.
-No pasa nada, es una suerte que lo conozcas.- Me sonrió, pero pareció una sonrisa un tanto falsa, no sé que escondería, y quizás es solo mi impresión, o Taylor ni siquiera sabe que está escondiendo algo.
Por fin había llegado la hora de salir de ese calabozo que llaman “escuela”
Vi a Alex acercárseme abrazado de una muchacha.
-Hoy me voy con esta belleza, Hayley, volvete sola.- Y se fue. Bueno, mejor para mí. Taylor corrió hacía mí abrazándome.
-Hayley, ¿quieres venir a casa con las chicas?- Me preguntó contenta, pero cuando le iba a contestar una tos que venía detrás nuestro nos interrumpió.
Me fijé quién era, Noah.
-Hola Tay-Le sonrió a Taylor, mientras ella volvía a estar seria.- Hola Hayley…-Taylor me soltó de su abrazo, y escuche un ligero suspiro.-¿Te gustaría ir a tomar algo conmigo?- Miré a Taylor, y puedo jurar que Noah también lo hizo, ambos buscando su aprobación, ella simplemente movió las cejas mirándome, casi ordenando que vaya con él.
-Claro!- Le dije sonriente, y nos fuimos juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario