jueves, 11 de febrero de 2010

Capitulo 10

Capitulo 10
Relata: Noah

Una mano que tocaba mi hombro me despertó de mi sueño.
-Noah, debes ir al colegio, despierta- Era Nancy, la mujer que me cuida. Debía ir al colegio, afuera hacia mucho frío. Quería quedarme en mi cama.
-¿Tengo que ir?
-Si, sino sabes que tu madre me despide.-Siempre era lo mismo, Nancy no podía hacer nada porque mi mamá la despedía.
Me levanté y me vestí para ir al colegio. Desayuné y me metí en la camioneta.
-Buen día Noah-Me saludó Roger, el chofer.
-Hola- Aún tenía sueño, no me gusta ir al colegio. Me va bien, pero es molesto.
No había pensado en Hayley, Alex o Taylor hasta haber llegado. Me bajé del auto, las vi charlando tranquilamente, y al otro lado del patio vi a Alex con sus amigos de siempre, ya desde temprano golpeándose, corriendo y haciendo escándalo. No le dí importancia. Después de todo, Hayley aún no me había dicho cuál había sido su decisión… Quizá aún no la había tomado, pero en realidad… me importa poco. Yo realmente la quiero, pero no voy a obligarla a estar conmigo si lo que quiere es estar con otro. Y además Hayley no es la única chica… Ni siquiera éramos novios oficiales, así que sería lo mismo.
Me di cuenta que me había quedado quieto en medio del patio. Comencé a caminar hacia la puerta de la escuela. Entré y me dirigí al aula. La hora paso tranquila, es más, creo que me quede dormido durante un rato. Era la clase de Educación Cívica, que sinceramente, no me interesa para nada. Mis padres quieren que sea abogado, pero lamentablemente ese es un deseo que nunca les voy a conceder. No me importa, que me deshereden, o lo que sea que hagan, no voy a gastar mi vida trabajando en algo tan aburrido. Prefiero algo más tecnológico, algo con lo que se pueda aprender y descubrir cosas nuevas siempre, algo que no sea mentir para encubrir a los culpables de un crimen.
Los ojos se me cerraban nuevamente, no podía ser tan aburrido. Decidí pensar en otra cosa, quizá hoy pueda ir a lo de Taylor en la noche, pero no estoy seguro… últimamente está muy rara… Espero que no esté enojada o algo por el estilo, igual no se me ocurre nada por lo que ella pueda estar molesta… pero bueno. Finalmente después de garabatear un poco en el cuaderno sonó la campana del recreo.
Antes de salir la profesora me tomó del brazo y me dijo –Si te vuelves a quedar dormido en mi clase, te pondré un uno.
Ah, entonces si me había dormido. –Oh, lo siento profesora, no volverá a suceder.
-Espero que así sea.-Me soltó y me dejo salir
Vagué por el patio un buen rato, finalmente decidí ir a jugar al futbol con mis compañeros, me divertí durante un buen rato. Quizá también pueda ser futbolista… Escuché que alguien me llamaba a lo lejos. Busqué y vi a Hayley saludándome con la mano. Me acerqué a ella, y la salude tranquilo.
-¿Cómo estás?- Me pregunto ella.
-Bien, ¿y vos?
-Yo… bien.- Ella me sonrió.- Quería decirte que… tomé una decisión.
En ese momento lo supe, había elegido a Alex. Su cara lo decía todo.
-Cuéntame.
-Sé que es raro, pero… decidí que mi momento ahora es con Alex.
Le sonreí, lo sabía- Esta bien. Pero si llega a lastimarte, lo mato.
-¿Quedamos bien? ¿Amigos?
-¡Claro!- Realmente, no sé porqué, estuve tanto tiempo obsesionado con Hayley… y ahora no me importaba que me haya cambiado por su horrible hermanastro. Si, eso era extraño.
Me abrazó, y yo le devolví el abrazo. –Gracias Noah,- Me dijo- ¿Podrías hacerme un favor?
Asentí con la cabeza.
-No le digas a Taylor sobre Alex y yo. Voy a contarle, pronto, pero quiero ser yo quién le cuente a las chicas.
-Está bien.
Vi a Alex acercándose. -¿Todo bien?- Le preguntó a Hayley, mientras le pasaba un brazo por la cintura.
-Si- Ella le respondió, mirándolo a los ojos, con una enorme sonrisa. Había tomado una buena decisión, se notaba de lejos que se querian.
Alex me extendió la mano.- Lo siento amigo.
Yo se la tomé. –Esta bien, te lo ganaste.
-Mejor suerte la próxima- Sonrió, una sonrisa bastante antipática debo decir, pero bueno, supongo que es aceptable. No parece ser un chico tan malo…
-Nos vemos luego, Noah.- Me dijo Hayley, y se fue con Alex.
Me sorprendí a mi mismo. No estaba para nada molesto, y para nada triste. Es más, me sentí feliz por ellos. Es un alivio.
El recreo terminó, y fui a la clase de computación, esa clase si que me gustaba.

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