Capitulo 3
Relata: Leslie
Me desperté, temprano, y fui a mirarme al espejo, mi cabello estaba todo enmarañado después de una larga noche de sueño. Soñé con Adam. Si, con Adam, el amor de mi vida. No exagero, sé que nunca hablé con él, pero tenemos una conexión. Sé que él también me mira en los recreos buscándome, simplemente es tímido, por eso aún no se acercó a hablarme.
Tomé el cepillo de pelo y comencé a desenredarme. Probé varios peinados, hasta que decidí simplemente dejar mi largo cabello alisado, con una bincha, tirando mi flequillo para atrás… no, así no. Me saqué la bincha y despeiné un poco muy flequillo, que quedo perfecto, hacia el costado. Amo mi cabello, pero a veces me desespera. Fui a mi cuarto y saqué mi caja de maquillajes, me gusta arreglarme. Sobre todo hoy, porque ya lo decidí, hoy voy a hablar con Adam, y voy a afianzar nuestro futuro juntos, nuestra boda espectacular y nuestra perfecta vida juntos.
Terminé de arreglarme, desayuné ligero, los nervios me habían cerrado el estómago, estaba segura, le iba a hablar.
Llegué a la escuela, como siempre, Taylor ya estaba ahí, puntual, sentada perfectamente en su silla, la espalda derecha… Taylor es tan perfecta, su único defecto es creer en la gente perfecta ¿Lo ven? No existe nadie completamente perfecto.
-Hola Tay!-Le dije contenta.
-Que hay Less? Hoy te viniste muy arregladita!- Me dijo sonriendo.
-Hoy voy a hablarle a Adam…
-Eso tengo que verlo!- Hayley entró por la puerta del aula, escuchando lo que decía- Buen día chicas!
-Si, hoy le voy a hablar, estoy segura.
-Ya se verá…- Dijo Tay. Pasaron unos 15 minutos, y llegó Jane, apurada, siempre llegando tarde…
-Hola chicas!- Nos miró a todas, sentándose a mi lado.- Hayley no llegó?
De repente todas nos sorprendimos, Hayley no estaba, ella siempre era muy puntual y detestaba llegar tarde a la escuela, pero en ese momento nuestra profesora interrumpió nuestros pensamientos. Nos paramos de las sillas
-Buenos Días profesora Clavel- Si, la profesora se apellidaba Clavel, siempre me dio mucha risa ese nombre, y cada vez que hablaba con ella me imaginaba una flor parlante.
Después de un rato, cuando la profesora ya estaba dictando un nuevo tema, la puerta se abrió bruscamente, pude ver a Hayley, bastante despeinada, cosa extraña en ella, por los ojos se podía ver el enojo que tenía, saludó a la profesora con poco ánimo, y se sentó bruscamente detrás mio.
-Alex?- Le pregunté, era obvio.
-No me lo menciones.
Esa hora pasó lenta y tranquila para todos los demás, pero para mí fue como una estrella fugaz, cada vez que las manitas del reloj se movían, mi corazón se aceleraba. Tenía que pensar una excusa para hablarle a Adam. ¿Qué le voy decir? ¡No tengo ni idea!. Estaba tan enterrada en mis pensamientos que no escuché el timbre, ni el barullo de las sillas corriéndose, y los alumnos saliendo por la puerta.
-Less- Jane me llamó, la escuché lejana…- LESS!
-Que!? Ah, si, acá estoy.-Le respondí, cayendo nuevamente en la realidad.
-Vamos?- Me preguntó, parecía que se había olvidado que iba a hablar con Adam…- No tenés algo que hacer vos?- Me miró traviesamente. No, no se le había olvidado.
-Si, ya voy…- Me levanté de mi silla, suspiré, y salí al patio.
Lo ví, parado enfrente mió, tan perfecto, con ese cabello rubio con rizos, y esos ojos negros profundos, tenía puesta una remera blanca, como me encanta cuando usa esa remera, lo hace ver exageradamente sexy.
Me acerqué a el despacio, cuando estaba cerca, a punto de decirle la primera palabra, otra chica se atravesó frente a mí, besándolo suavemente en el cachete, mientras el la abrazaba por la cintura. Sentí la mano de Jane en mi hombro, ella sabía lo que iba a pasar a continuación. Me di vuelta, me alejé lo más que pude de él, y la abrasé.
-Lo ves? Le iba a hablar! Pero esa estúpida me lo impidió.
-Less…- Jane acariciaba mi cabello dulcemente. Ella se calificaba como la aburrida del grupo, yo la calificaría como la romántica, y sensible, eso era lindo, casi siempre su mundo era color rosa.- Aunque esa chica lo haya ido a saludar, no significa que no puedas ir a hablarle.
-Vos decís que vaya igual?- Le pregunté, insegura
-Si…-Me dijo ella, mientras miraba a otro lado del patio. Me fijé en que estaba mirando, era James. El era un chico normal, ni muy feo, ni muy lindo, pero era bueno, y muy cursi, así que quedaban perfectos juntos, cuando estaban uno con el otro, cualquier lugar parecía estar hecho de algodón de azúcar, por la dulzura que irradiaban.
-Anda con James, no te preocupes por mí, yo voy a hablar con Adam.
-Estás segura? No quiero dejarte sola…
-Tranquila, las chicas están por allá…- En realidad no tenía ni idea de donde estaban Taylor y Hayley, pero no quería hacer esperar a James.
-Ok, gracias Less, suerte!- La ví como se dirigía a él con una gran sonrisa, se abrazaron y se besaron dulcemente.
Respiré, y me acerqué nuevamente a él.
-Hola…- Le dije, el se dio vuelta y me miró, extrañado, en realidad, sé que me había reconocido, pero simplemente disimuló, el estaba tan nervioso y feliz como yo.
-Hola?- Levantó una ceja. Dudé.
-Estoy… haciendo una encuesta, si, para… Educación Cívica!- Wow, que excusa tonta, quizá se la crea…- Es sobre… la juventud, de cómo vive en estos tiempos…- Parecía que me creía, porque asintió con la cabeza.- Podría hacerte unas preguntas?
-Claro… pero…¿No tienes nada donde anotar las respuestas?- Rayos, es astuto… mmm… cuaderno, cuaderno… no puedo decir que me lo olvidé, miré a mi alrededor, ahí estaba Taylor, con su cuaderno de anotaciones, probablemente estudiando para algo, eso es, perfecto.
-Si claro, Taylor!- La llamé, ella me miró extrañada, le hice una seña para que viniera.- Me das el cuaderno? Estoy haciendo la encuesta de Civica en la que trabajamos juntas, ¿recuerdas? La encuesta de la juventud…- Ella sonrió, sabía que por dentro estaba muriendo de risa.
-Claro, toma- Me dio el cuaderno, y también una lápicera.-Recuerda que tu entrevistas a uno y luego yo a otro y eso… Voy a buscar mi cuaderno y a entrevistar a los demás.- En ese momento se alejo y escuche una risita que se escapaba de su boca. Que suerte que ella estaba ahí. –Muy bien, listo?
-Aja…-
-Cual es tu nombre?
-Adam Chest.
Lo escribí…- En que año estás?- Yo ya sabia todas estas cosas, pero tenía que empezar con algo…
-Estoy en 4to año.
-O sea que tienes… 17 años ¿Verdad?
-Así es, ¿Y tu linda, cuántos tienes?- Me dijo linda… ¿de verdad hizo eso? Sentí que mi cara se ponía del mismo color rojo de mi cabello y más.
-Emm… yo tengo… 15- El corazón me latía exageradamente rápido.
-15… asíque nos llevamos solo 2 años, no está nada mal eh.- ¿A que se refería con eso? ¿Quería decir que había posibilidad de que saliéramos? Por dios, no puedo concentrarme… siguiente pregunta… siguiente pregunta…
-Cuál es tu sexualidad?- QUE? Que acabo de preguntar! Acaso estoy loca? Qué clase de pregunta estúpida es esa!
-¿Qué?- El me pregunto extrañado… seguro pensaba que yo era una idiota…
-Bueno, es sobre la vida de la juventud en estas épocas… Yo no hago las preguntas… dile a la profesora…- El seguía mirándome extrañado.- La pregunta se refiere a si eres heterosexual, homosexual o bisexual-En ese momento pareció entenderlo… que raro.
-Ah, a eso te referías.-Se rió, era muy lindo.-Soy heterosexual, me gustan las chicas hermosas, como tú.- ¿Que? ¿Que yo era hermosa? ¿Porque no se mira al espejo? Él es hermoso! – Tengo una gran idea, ya que tu eres hermosa, y yo por cierto- Volvió a reír.- Soy muy hermoso…-Aja… yo podía decir que él era hermoso, pero que lo dijera el, sobre el mismo… era extraño.-¿Por qué no te quedas conmigo en lo que resta del recreo?
-Claro…pero aún la encuesta no termina.- La felicidad que tenía era enorme.-¿Tienes novia?
-No, por ahora.- ¡Lo sabia, el también tenía planeado nuestro futuro juntos!.
-¿Fumas?-Sabía que respondería que no, alguien tan perfecto no podía fumar…
-Sip.-Me sonrió ¿Fuma? ¿Es enserio? No puede ser…
-¿Consumes alcohol?- Le pregunté, eso si que no podía hacerlo. El se rió.
-Pero claro nena, con alcohol todo es más divertido.- Bueno…como digas, estaba muy sorprendida.
-¿Te drogas?- Esto si que no lo iba a aceptar.
-La he probado un par de veces, pero no.- Por dentro me sentí muy aliviada, al menos no era un drogadicto, ¿Verdad? Decidí terminarlo antes de enterarme cosas peores.-Bien… la encuesta terminó.
-Excelente…-El timbre de final de recreo sonó.- Que lástima, quería pasar más tiempo contigo… ¿Qué te parece si después de la escuela vienes a la práctica de futbol? Y después tendremos tiempo de hablar de algunos asuntitos más.
-¡Claro!- ¡¿Cómo no?!
Volví al aula como flotando en las nubes, finalmente había hablado con Adam y todo había salido perfecto. Esta vez, la hora pasaba exageradamente lenta, y cada vez que se movía la manita del reloj mi sonrisa se agrandaba.
Finalmente sonó la campana de salida, fui la primera en salir del aula, cuando llegué a la cancha, Adam estaba ahí, junto al equipo, otro grupo de chicas y un par de muchachos también se quedaron a ver el entrenamiento. Vi a Adam correr sudar y ser muy lindo, cuando terminó la práctica se acerco a mí.
-Espérame un momento, me cambio y vuelvo.- Claro que te espero, pensé.
Cuando el volvió ya no quedaba nadie, se me acerco y me besó. Asi nomás, sentí que me enrojecía, pero nada más, igualmente le seguí el beso, luego sentí sus manos bajar hasta tocar… no solo los bolsillos traseros de mi pantalón. ¿Por qué hacía eso? Entonces sentí sus manos meterse por debajo de mi remera, y poco a poco se fueron acercando a mi pecho, lo separé de mí ya era demasiado.-¿Qué estás haciendo?
-Te beso, es obvio.
-Me estás besando con demasiado entusiasmo- Apenas nos conocíamos y ya me besaba de esa manera… creo que estaba equivocada con su forma de ser.
-Vamos nena, déjame hacer lo que quiera contigo ¿Qué problema hay?
-¿Qué? ¿Aunque sea…sabes mi nombre?- Estaba a punto de llorar.
-No, pero los nombres no importan- El suspiró.-En fin, si no quieres estar conmigo… Al menos consígueme una cita con tu amiguita, la rubia.
Genial, yo estaba completamente equivocada sobre el amor de mi vida, estaba muy frustrada y enfadada, Adam Chest era historia para mí.
-Ok… ¿sabes lo que te voy a conseguir?- Le dije sonriendo.
-¿Una cita?- El sonrió triunfalmente.
-No, algo mejor… un dolor en la cara.- En ese momento le pegué una cachetada tan fuerte que cayó al piso. Salí corriendo mientras sentía unas lágrimas bajar por mi rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario